Matthew McConaughey y la insólita noche que lo llevó de las fiestas de Hollywood a un calabozo en Austin Infobae
Matthew McConaughey, una de las figuras más reconocidas de Hollywood, vivió un episodio en 1999 que marcó tanto su vida personal como su proyección mediática.
El actor, conocido por aquellas fechas por haber irrumpido en la industria gracias a su papel en Dazed and Confused, (Rebeldes y confundidos) y más adelante consolidó su carrera participando en títulos destacados como Amistad, Contact y Tiempo de matar.
Su ascenso en la industria fue notable, pasando de ser una promesa descubierta por Richard Linklater en Austin, Texas, a protagonizar películas de gran éxito en la taquilla estadounidense y compartiendo cartel con intérpretes de primer orden como Jodie Foster, Anthony Hopkins y Morgan Freeman.
No obstante, la década de los 2000 traería consigo el redescubrimiento de su talento en lo que se conoció como la “McConaissance”, coronada con el Óscar por Dallas Buyers Club.
Según Far Out, el episodio que llevó a McConaughey a la comisaría se gestó en Austin, Texas, cuando el actor tenía 29 años. Luego de acudir a un partido de fútbol americano entre los Texas Longhorns y los Nebraska Cornhuskers, su equipo salió victorioso, entonces la ciudad y su propio ánimo estaban encendidos.
Tal como relató en su autobiografía Greenlights, el festejo se extendió durante toda la noche del sábado y siguió sin descanso hasta la madrugada del lunes.
“A las dos y media de esa madrugada”, escribió, decidió relajarse: bajó las luces, se desvistió y abrió la ventana de su casa para disfrutar del aroma del jazmín proveniente de su jardín.
El siguiente paso, en sus propias palabras, fue encender algo de marihuana y dejarse llevar por la música africana de Henri Dikongué. Embelesado por la melodía, se puso a tocar los bongós, interpretando un “jam session” privado.
Lo que McConaughey no sabía era que dos policías de Austin, alertados probablemente por el ruido, decidieron entrar en su casa, irrumpiendo en plena madrugada.
Según rememora en Greenlights, “los policías pensaron también que era el momento de irrumpir en mi casa sin avisar, inmovilizarme en el suelo con sus porras, esposarme y dejarme tendido en el piso, todo mientras seguía desnudo y reacio a aceptar mi situación”.
La policía lo arrestó bajo los cargos de alterar el orden público, resistencia al arresto y posesión de marihuana. Según Fox News, aunque fue liberado tras pagar una fianza de mil dólares y no enfrentó finalmente cargos por posesión, sí debía afrontar la acusación de resistencia, la cual podría haberle costado hasta un año en prisión si era declarado culpable.
“Ustedes entraron en mi casa. ¡Claro que me resistí!”, gritó, indignado, según sus declaraciones en su libro Greenlights.
Su postura no perdió el toque humorístico y algo excéntrico que suele impregnar su discurso: llegó a afirmar que intentó hacer un complicado movimiento gimnástico esperando así impresionar a los agentes y que lo dejaran en libertad, algo que, por supuesto, no ocurrió.
La reacción familiar también fue protagonista a raíz de este incidente. Kay McConaughey, madre del actor, lejos de escandalizarse, reaccionó con tranquilidad y hasta orgullo.
Según sus declaraciones durante una conversación en el Texas Book Festival, Matthew recordó que su madre le aconsejó enfrentar a la prensa “con la cabeza bien alta”.
“Sé lo que estabas haciendo anoche tocando bongós, fumando ese ‘material divertido’ en traje de cumpleaños, y sé que lo has hecho muchas veces antes y sé que lo volverás a hacer”, le dijo Kay,
El episodio del arresto, lejos de dañar irremediablemente la carrera del actor, reforzó algunos de los rasgos con los que el público lo identifica: independencia, carisma y una actitud vitalista.
Tras el pago de la multa, nunca llegó a permanecer en prisión de manera prolongada, McConaughey retomararía su vida y trayectoria cinematográfica, que continuó en ascenso.
