Los sicarios internacionales ganando la batalla en México Elarsenal.net
Raúl Flores Martínez.
Mientras México libra una guerra interna contra el crimen organizado, una amenaza extranjera se infiltra silenciosamente en el conflicto: mercenarios provenientes de Colombia, Guatemala y Estados Unidos están siendo contratados por los principales cárteles del país para entrenar y combatir junto a sus sicarios.
Estos no son simples instructores. Son veteranos de guerra, exmilitares y combatientes experimentados que trasladan conocimientos letales de conflictos internacionales a las calles mexicanas. Su presencia ha elevado el nivel de violencia y sofisticación táctica de los grupos criminales, profundizando la crisis de seguridad que enfrenta el país.
Organizaciones como Cárteles Unidos han recurrido a exmilitares colombianos para adiestrar a sus hombres en el uso de rifles de francotirador, explosivos improvisados y tácticas de combate urbano. Su experiencia en décadas de conflicto interno en Colombia los convierte en instructores ideales para un narcoejército en expansión.
Del otro lado del conflicto, el Cártel Jalisco Nueva Generación no se ha quedado atrás. También ha contratado a mercenarios internacionales para fortalecer su brazo armado, incluyendo veteranos de las fuerzas especiales Kaibil de Guatemala, conocidos por su entrenamiento extremo y brutal.
Lo preocupante no es sólo el entrenamiento. Estos mercenarios muchas veces cruzan la línea y participan directamente en las operaciones, fungiendo como líderes de escuadrones, francotiradores o expertos en explosivos.
El crimen organizado, así, deja de ser un fenómeno local para convertirse en una red con operadores internacionales, difícil de rastrear y aún más difícil de neutralizar.
Las autoridades mexicanas enfrentan un desafío que va más allá del narcotráfico: están combatiendo a estructuras paramilitares entrenadas por profesionales de guerra. La asimetría entre las fuerzas del orden y estos grupos criminales militarizados ha llevado a cuestionar si el Estado está realmente preparado para contener esta amenaza.
El uso de mercenarios extranjeros no es nuevo, pero su creciente presencia en México ha sido minimizada por los gobiernos. Su participación agrava el conflicto, extiende su duración y eleva los niveles de violencia. La exportación del know-how bélico de conflictos ajenos hacia México es una forma moderna de colonización criminal, en la que los muertos los pone México, pero las tácticas provienen del extranjero.
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